La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria cutánea, heredada y en la que influyen muchos factores. Se debe a alteraciones dermatológicas (pérdida de función de la barrera cutánea por alteración de proteínas y lípidos estructurales) e inmunológicas. Puede iniciarse a cualquier edad aunque la mayoría de las veces se manifiesta a lo largo del primer año de vida. En la adolescencia desaparece hasta en un 70% de los casos siendo muy pequeño el porcentaje de adultos que presentan esta enfermedad.

La DA produce picor e inflamación de la piel afectando especialmente a caras internas de codos y rodillas así como en cuello y en cara. La piel se presenta seca y escamosa. Cuando se presenta un brote pueden aparecer llagas por el rascado y por las infecciones que podrían producirse.

Es una enfermedad crónica que cursa con brotes intermitentes desencadenados por diversos factores: uso de productos de higiene e hidratación inadecuados, cambios bruscos de temperatura, contaminación, duchas y baños frecuentes, viento frío y seco, contacto con tejidos ásperos, y estrés emocional entre otros.

Para tratar el brote, el médico puede recetarnos corticoides tópicos o inmunomoduladores tópicos, eso si, debemos seguir las pautas y nunca superar el tiempo de tratamiento indicado.

Algunos estudios han demostrado que la administración de algunos probióticos podrían ayudar en los casos severos y moderados de la enfermedad ya que están muy relacionados con el buen funcionamiento del sistema inmune. Los suplementos con omega3 y 6 también podrían resultar beneficiosos para una piel atópica pero los datos no son concluyentes.

Podemos llegar a espaciar los brotes con unas cuantas recomendaciones :

  • Usar productos específicos para la higiene, productos sobregrasos
  • Hidratar con emolientes adecuados (sin perfume) y con aporte de lípidos para restaurar la barrera cutánea
  • Se debe hidratar la piel después del baño con la piel húmeda para facilitar la absorción del emoliente.
  • No secar por fricción con una toalla, sino con leves toques, evitando rozar la piel.
  • Usar ropa de algodón o lino
  • Evitar cambios bruscos de temperatura intentar que la temperatura de las habitaciones sea constante
  • Uso de protección en las zonas expuestas cuando se sale a la calle sobre todo en zonas de clima frío.

La dermatitis atópica es una enfermedad crónica pero podemos espaciar en el tiempo los brotes para que la vida cotidiana resulte más fácil a los pacientes.

 

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